lunes, 23 de septiembre de 2013

Un activador de la telomerasa, el TA 65



He recibido varias solicitudes para que escriba sobre uno de los productos de moda, el TA 65, un extracto de una planta (Astragalus) que activa un sistema enzimático, la telomerasa, que evita que se acorten los telómeros de los cromosomas, ralentizando el proceso de envejecimiento celular.
 
Los telómeros son una estructura que protege el extremo de los cromosomas del proceso de envejecimiento. A medida que las células se van dividiendo, los telómeros se van acortando, lo que provoca una disminución progresiva de funcionalidad y en última instancia la muerte. Este proceso explica por qué las células normales son mortales. Ahora bien, los estudios realizados con este enzima han demostrado que la introducción de telomerasa en células somáticas produce la regeneración de los telómeros.

En 1999 Noel Patton escuchó un discurso del profesor Jerry Shay acerca de una enzima natural llamada telomerasa que hacía que las células rejuvenecieran.  Como biólogo, pero sobre todo, un extraordinario emprendedor, invirtió en la investigación de los telómeros y la telomerasa, centrándose en las propiedades de rejuvenecimiento celular de la molécula individual, que ahora se llama TA-65, descubierta inicialmente y patentada por la Corporación Geron. En 2002 Noel obtuvo los derechos mundiales en exclusiva de la tecnología de activación de la telomerasa (AT) para la aplicación a nutracéuticos, es decir, compuestos que se venden sin receta. Paralelamente, Calvin Harley, un científico prominente, se involucró comercialmente con el proyecto y comenzó a defender científicamente el compuesto -en USA es habitual que un científico que ha descubierto algo relevante, monte su propia empresa ya que los créditos se conceden con criterios de riesgo empresarial (no como en España, donde para conseguir que te den dinero necesitas tenerlo (aval)-. 

Posteriormente, en 2009 se concedió el Premio Nobel de Medicina a los trabajos realizados sobre la telomerasa por  Elizabeth H. Blackburn, Carol W. Greider y Jack W. Szostak. Meses después, una de las premiadas, Carol Greider, comentó, en una entrevista, que encontrar un compuesto que pudiera alargar los telómeros, sería fantástico.

En 2011, las compañías que comercializaban el TA 65 obtenían ingresos multimillonarios, aunque los resultados prácticos no fueron los esperados. En mayo de ese año, Patton contrató a Biran Egan para ayudar a expandir el alcance TA Sciences en los mercados extranjeros. Egan estaba obligado a tomar TA-65 dos veces al día, pero unos meses después le comunicó a su jefe que tenía un cáncer de próstada. Al día siguiente, Patton lo despidió y le dijo que su cáncer de próstata podría arruinar la empresa. Ese fue el comienzo de una demanda contra la compañía «TA Science» por la que se acusó al laboratorio de recurrir a prácticas comerciales engañosas para promocionar su producto. 

Paralelemante, se nombraba director del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), a Maria Blasco, una bióloga especializada en los telómeros y la telomerasa . Pues bien, ese mismo año creó  Life Length, una empresa española que comercializa la Tecnología de Análisis de Telómeros (TAT)- lo que permite conocer la longitud de la telomerasa celular y la previsión de división celular y por tanto la expectativa de vida. Posteriormente, pasó a realzar las expectativas del TA 65 en diversos medios.

Curiosamente y coincidiendo con todo ello, se publicó un estudio en una revista científica sobre las mejoras cardiovasculares, musculares y óseas producidas por la ingesta del nutracéutico TA 65. ¿Firmantes?
Lean los conflictos de intereses que publican (es obligatorio en las revistas científicas): Calvin Harley es uno de los inventores de TA-65. Es consultor de Ciencias TA y está tomando personalmente TA-65. Es dueño de acciones y opciones sobre acciones de Geron Corporation, una compañía que está desarrollando activadores de telomerasa con fines terapéuticos y la empresa que licencia TA-65 y TA Science. Es co-fundador, presidente y director general, y tiene acciones en teloma Health, Inc., una compañía de diagnóstico y servicios de ensayo de telómeros y telomerasa relacionadas con la industria de la salud. Joseph Raffaele consultor de Science TA, y CEO de PhysioAge Systems, LLC, una compañía que proporciona análisis de biomarcadores de envejecimiento, incluyendo la longitud del telómero  y es co-fundador de PhysioAge Medical Group que ofrece TA-65 a través de la Protocolo de Patton. William H. Andrews posee acciones  de Geron Corporation y es el fundador, presidente y CEO de Ciencias Sierra, una empresa que desarrolla productos terapéuticos para inducir la expresión de la telomerasa y ha prestado apoyo financiero a algunos de los estudios descritos en este artículo. Weimin Liu es un empleado de Science TA. 
 
"Odio decirlo, pero realmente creo que el dinero corrompe", dijo al respecto la investigadora Judith Campisi, señalando el momento en que salen estos productos al mercado, coincidiendo con el lanzamiento de la nueva compañía de María Blasco, además, esta investigadora del Instituto Buck de California para la Investigación sobre el Envejecimiento, tiene otro motivo de preocupación ya que la telomerasa no causa cáncer, pero las células cancerosas son especialmente ricas en telomerasa, que es lo que les permite dividirse indefinidamente. 

Y a todo esto ¿Qué dice la premio Nobel Carol Greider?
Pues recientemente expresó su preocupación ya que hay dos puntos importantes que no se cumplen en los estudios realizados sobre el producto. De una parte duda que la ingesta del compuesto llegue realmente a las células del cuerpo después de pasar todas las barreras de absorción y por otro lado, opina que no hay alargamiento general de todos los telómeros, de tal forma que mientras los telómeros muy cortos se alargan en respuesta al activador, no ocurre lo mismo con los de longitud media. Finalmente, Greider no cree que el AT-65 fuera el causante del cáncer de Egan (quien encabeza la demanda contra el producto), pero está de acuerdo en que la ciencia detrás de esto causa vergüenza.

¿Qué pienso yo?
En mi opinión, las publicaciones científicas sobre el resultado del TA 65 son escasas, están realizadas en ratones (con un envejecimiento muy diferente al humano), y tienen fuertes conflictos de interés. Son, sin embargo, muy prometedoras y pueden ser un avance significativo en cuanto se desligue el aspecto comercial y pueda probarse la eficacia real. Mientras tanto, los consumidores de este nutracéutico (no es un fármaco), tienen que poseer tres cosas, una buena cartera (el tratamiento cuesta miles de dólares al año), una gran fe en el compuesto y un desprecio al riesgo de tomar algo que hace en el cuerpo lo que hace el cáncer (aunque aún no se haya relacionado directamente).

3 comentarios:

  1. Aunque no venga al caso al final va a ser verdad lo que me decía mi abuelo (que en paz descanse y que vivió muchos años): "un trozo de tocino y unos higos secos y estás alimentado para todo el día. ¡Que se dejen de inventos!

    No ver ningún comentario a estos escritos es una pena porque realmente da gusto leer esto. Espero que siga escribiendo artículos como éste.

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    1. Anónimo...yo también echo en falta comentarios sobre estas publicaciones..pero despues de leer la tuya, espero que no hagas lo que tu abuelo.Desgraciadamente con el tocino que ingirieras ahora, ( escepcion del privilegiado que tenga a su alcance un verdadero de bellota) arruinarias la salud..y si hablas de higos, tampoco se andan a la zaga en cuanto a riqueza en contaminantes fitosanitarios. ojalá pudieramos recuperar eso que tu señalas.

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