¿Suplementos de proteínas? ¿A nuestra edad?

El uso de suplementos proteicos en la población, presenta una curiosa divergencia. De un lado, la población joven, especialmente la que acude al gimnasio y realiza ejercicios de pesas, considera imprescindible tomar suplementos proteicos para aumentar la masa muscular como respuesta al incremento de ejercicio. Ven normal el uso de este tipo de productos y, en su mayoría, los consumen. Por otro lado, la población adulta es muy reticente a estos suplementos y los relacionan con el interés juvenil por mostrar un cuerpo musculoso, llegando, incluso, a considerar que el uso de dichos suplementos puede ser perjudicial (lo relacionan con problemas renales o hepáticos). Finalmente, la población mayor, no considera tomar dichos suplementos ya que los asocian a etapas de la vida ya superadas. Es curioso este hecho, no solo por lo desacertado de su planteamiento, sino porque, justamente, se desautoriza su uso en el grupo de población más necesitado y que más se beneficiaría de ellos.

Nuestro intento por poner los conocimientos científicos al alcance de la población general, nos ha llevado, por un lado, a desautorizar los mitos acerca de la maldad y daño de estos productos sobre determinados órganos (ver artículo en: http://dieta-paleolitica.blogspot.com.es/2010/07/problemas-de-la-dieta-hiperproteica.html)

Por otra parte, hemos comentado los problemas dietéticos asociados a la edad (http://memoria-y-cognicion.blogspot.com.es/2010/04/mejorar-la-memoria-mediante-suplementos.html)

En este capítulo vamos a insistir en la importancia de asociar ejercicio y dieta adecuada para enfrentar los problemas de masa muscular asociados a la edad.

Hace muy pocos meses, unos autores españoles (Vásquez-Morales A y colaboradores) publicaron en la revista Nutrición Hospitalaria, una revisión de las publicaciones que se habían realizado respecto al uso de suplementos y ejercicio físico para prevenir y tratar la sarcopenia (pérdida de masa muscular). Pues bien, los autores concluyen que combinar suplementos adecuados con ejercicio físico, refuerza los efectos que independientemente, cada una de estas intervenciones puede tener sobre la mejora de la masa muscular, la fuerza, el balance y la velocidad en la personas mayores de 65 años. Siguen argumentando que para aumentar la fuerza muscular es fundamental planificar el entrenamiento de la fuerza con la frecuencia adecuada, al tiempo que se debe elegir el suplemento y la dosis adecuada según las características individuales. Si se siguen las pautas correctas, aumenta la masa muscular, mejora la movilidad y aumenta la supervivencia y autonomía de las personas mayores. Terminan comentando que el hecho de considerar el uso de suplementos proteicos bebibles, de Creatina y los de Vitamina D y Calcio para mejorar las condiciones musculoesqueléticas, debe estar sujeto a un análisis de la ingesta nutricional diaria, las demandas energéticas individuales y la elección de un ejercicio de resistencia física practicado y prolongado en el tiempo, para conservar los beneficios obtenidos.

¿Y qué suplementos proteicos se aconsejan?

Pues básicamente aquéllos que tengan una alta proporción de leucina sin caer en la suplementación exclusiva de este aminoácido, ya que altas dosis de leucina inhiben a sus compañeros ramificados, valina e isoleucina. Lo mejor parece ser, según todas las publicaciones, el aislado de suero de leche, tal como siempre hemos recomendado.