Los calambres que suceden al margen de la actividad física nos afectan a muchos y solemos relacionarlos con falta de potasio o magnesio. Sabemos que ocurren, en general, en personas sanas, durante el reposo, son
frecuentemente nocturnos, asimétricos y afectan principalmente a los gemelos y
músculos de la planta del pie. Pueden tener incidencia familiar, siendo más
comunes en aquellos con músculos bien desarrollados y en los últimos meses de
embarazo. Por definición, estos calambres no tienen alteración
hidro-electrolítica y su causa está en la porción intramuscular de los
terminales de nervios motores. Layzer ha propuesto que estos segmentos axonales
no mielinizados tendrían diferentes propiedades fisiológicas en relación a fibras
nerviosas extramusculares, pudiendo así, hiperexcitarse en varias alteraciones;
enfermedad de motoneurona, disfunción de nervio periférico, cambio en el
volumen o concentración de fluídos extracelulares del músculo, y tal vez
distorsión mecánica de terminales nerviosos durante el acortamiento muscular.
sábado, 22 de noviembre de 2014
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