sábado, 2 de mayo de 2015

Mejor que el pescaíto esté a la plancha que frito y si se fríe, que sea en aceite de oliva virgen



El proceso de la fritura, en sí mismo, añade grasa a los alimentos y, a veces, de una forma nada deseable como en el caso del pescaíto frito muy común en Andalucía, ya que se añade grasa de fritura que puede, incluso, producir grasas “trans”, nada recomendables.  Los ácidos grasos trans aumentan a medida que lo hace la temperatura de la fritura y más aún tras reiterados recalentamientos. En un estudio realizado en la Universidad Fu Jen de Taipei, en Taiwan, comprobaron la formación de ácidos grasos trans en sucesivas frituras en el mismo aceite y a altas temperaturas. Se emplearon aceites parcialmente hidrogenados, entre ellos el de soja, y se frieron a distintas temperaturas (160ºC, 180°C y 200ºC) durante 15, 30, 45, 60 y 75 minutos. Los resultados del análisis mostraron una notable disminución de los ácidos grasos insaturados y el aumento de los ácidos grasos trans en los aceites empleados, conforme aumentó la temperatura de fritura. Por otro lado, el proceso de freír los alimentos podría aumentar la concentración del colesterol oxidado a través de la inhibición de la actividad de la enzima paraoxonasa (una enzima relacionada con las lipoproteínas de alta densidad (HDL) que parece contribuir al mantenimiento y a la recuperación de la estructura y al estado antioxidativo de las LDL).


En los estudios de tipo epidemiológico realizados en USA, como el Estudio de la Salud de las Enfermeras (NHS), mostró asociación del consumo de los alimentos fritos con la enfermedad cardiovascular, abriendo el debate sobre si la ingestión de los alimentos fritos pueda ser un sucedáneo de los malos hábitos alimenticios y, por tanto, ser negativa sobre la salud de forma indirecta o si es una acción del propio proceso de tratamiento de los alimentos. Los autores de un estudio reciente efectuado en médicos varones por Djoussé y col., ha tratado de probar, de forma prospectiva, la hipótesis de que la frecuencia del consumo de los alimentos fritos se asocia positivamente con la incidencia de insuficiencia cardíaca en los médicos varones, tras ajustar los factores de posible interacción y que podían confundir. Pues bien, los datos expuestos por los autores citados muestran una asociación positiva y gradual entre el consumo de alimentos fritos y la incidencia de la insuficiencia cardíaca.
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Djoussé L, Petrone AB, Gaziano JM. Consumption of fried foods and risk of heart failure in the physicians' health study.J Am Heart Assoc. 2015 Apr 23;4(4). pii: e001740. doi: 10.1161/JAHA.114.001740.PMID. 25907125

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