Los estudios iniciales en lo que se observó que la sarcopenia
y otras patologías musculares tenían un nivel aumentado de especies reactivas
de oxígeno (ERO) generaron la idea de
que las ERO inducidas por el ejercicio son potencialmente perjudiciales para la
función muscular y producen fatiga y atrofia muscular. Debido a ello, muchas
investigaciones se han centrado en las formas de prevenir la producción y la
acumulación de las ERO y en el daño oxidativo posterior a la realización del
ejercicio físico.
Por el contrario, existe la evidencia cada vez mayor de que las
ERO ejercen efectos positivos o negativos en las células del músculo
esquelético en contracción en función de la situación, el individuo y su grado
de entrenamiento y el deporte realizado. Los efectos nocivos, como la reducción
en la generación de la fuerza y el aumento de la atrofia muscular parecen
producirse, especialmente, tras la realización del ejercicio intenso no
habitual, mientras que el entrenamiento llevado a cabo de forma regular ejerce
efectos positivos al influir en los procesos celulares que conducen a una mayor
expresión de los antioxidantes. Estas moléculas, a continuación proporcionan
una mejor protección contra las ERO durante los entrenamientos posteriores. Sin
embargo, una dieta suplementada con los antioxidantes exógenos, tales como las
vitaminas, parece impedir los efectos promotores de la salud del ejercicio
físico en los seres humanos. La producción inducida por el ejercicio de las ERO
también puede ser una señal importante para activar PGC-1α,(el receptor
activado por proliferador de peroxisomas γ (PPARγ) y el coactivador 1α
(PGC-1α). un factor clave en la adaptación de las células musculares al
ejercicio.
Peter Steinbacher * and Peter Eckl. Impact of Oxidative Stress on Exercising Skeletal Muscle. Biomolecules 2015, 5(2), 356-377; doi:10.3390/biom5020356
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