1)
Factores metabólicos.
La gran patología asociada a la
sarcopenia es el Síndrome Metabólico.
La asociación de un conjunto de factores de
riesgo que pueden conducir a cardiopatía isquémica, diabetes y enfermedades por
sobrepeso, se conoce en la actualidad como síndrome metabólico, que se
caracteriza por valores ligeramente por encima de lo normal de la glucosa en
sangre y triglicéridos y por una ligera hipertensión y obesidad abdominal.
Las razones por las que este
síndrome se asocia a la sarcopenia derivan de la doble vinculación que genera
el déficit de actividad física y la resistencia a la insulina, que son comunes
a ambas patologías y están en la base, quizás, de ambas. En este sentido, se estima que al menos un millón de ancianos
españoles tienen síndrome metabólico. Además, el progresivo envejecimiento de
la población y el ascenso epidémico de la obesidad en España y otros países
hacen que el número de individuos con síndrome metabólico vaya previsiblemente
en aumento.
Entre las causas del síndrome
metabólico hay factores que apuntan a la producción de especies reactivas de
oxígeno (ERO) en la grasa acumulada (factores de daño oxidativo). Otros autores
han comprobado en niños obesos con síndrome metabólico que la relación alfatocoferol
y betacaroteno corregidos con los lípidos plasmáticos era menor que en niños
normales, lo que les hacía sugerir la terapia con antioxidantes. En este
sentido, los mayores avances se han obtenido con la carnosina, que se ha probado
la disminución de citocinas tras su administración
2)
Factores hormonales.
El envejecimiento está asociado a
una reducción en los niveles de testosterona, hormona del crecimiento y
estrógenos. La testosterona y hormona del crecimiento promueven la síntesis
proteica, de modo que el declinar de su producción con la edad, va asociado a
una menor masa muscular. Desde este punto de vista la solución razonable sería
dar testosterona o HGH. El problema es que los anabolizantes hormonales
producen efectos secundarios como acné, hirsutismo, virilización en la mujer,
ginecomastia e hipogonadismo en el varón, hipertensión y aumento de LDL
(lipoproteínas de baja densidad), roturas tendinosas, agresividad y labilidad
emocional y en raros casos lesiones hepáticas y psicosis. Además, su uso en
deportistas está prohibido debido a sus efectos secundarios, aunque su
utilización en el tiempo es exponencial.
La hormona de crecimiento tiene
efectos aún más graves, ya que aumenta el riesgo de padecer cáncer, produce un
crecimiento desproporcionado de manos y cara, altera la termorregulación y
provoca patología cardiaca grave.
La alternativa nutricional a
estas insuficiencias hormonales fisiológicas en la vejez, son dos aminoácidos
que han demostrado su acción anabolizante y sobre la hormona de crecimiento
respectivamente. Se trata de la leucina
y de la arginina. Hay múltiples estudios que demuestran que la leucina
suministrada tras el ejercicio físico mejora la síntesis proteica comparándola
con carbohidratos solo, o placebo, lo cual se hace
extensivo a la terapia de alimentación enteral o parenteral en pacientes operados
o emaciados e incluso a los regímenes restrictivos para pérdidas importantes de
peso.
3)
Factores inflamatorios.
Nuestro origen como
cazadores-recolectores nos sitúa muy alejados de los sujetos sedentarios, con
hábitos alimenticios muy alejados del alto consumo de peces, raíces, frutas,
insectos y carnes de animales de caza. En términos generales los animales
tienen una alimentación prácticamente invariable a lo largo de siglos. La
especialización de los depredadores les hace ser casi exclusivos de un pequeño
grupo de animales. Sin embargo, nosotros hemos pasado de comer esporádicamente
y tomar alimentos básicamente ricos en vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos
de la serie Omega3, a comer casi constantemente (hasta la obesidad), ingerir
carne de animales estabulados, ácidos grasos saturados e insaturados de la
serie Omega6. Solo hay que echar un vistazo a la alimentación que siguen los
grupos humanos que existen en la actualidad y que siguen, como sus ancestros,
vinculados al concepto de cazadores-recolectores.
El desproporcionado aumento del
consumo de grasas de la serie Omega6, vinculado a la pobreza de la ingesta de
Omega3, unido al hecho de que las enzimas encargadas de su elongación y
desaturación son compartidas y, por tanto, competitivas, genera un
desproporcionado incremento de la producción de derivados oxigenados del ácido
araquidónico (eicosanoides, prostaglandinas (PG), prostaciclinas, tromboxanos,
leucotrienos, lipoxinas, ácidos grasos hidroxilados) de las series 2 y 4, es
decir, los que participan en reacciones inflamatorias y de hipersensibilidad.
El eicosapentanoico (Omega3), por el contrario, se metaboliza en eicosanoides
de las series 3 y 5, con poca o nula acción inflamatoria, y con función
reguladora de la agregación plaquetaria.
Como resultado, se han multiplicado las enfermedades de
sustrato inflamatorio (asma, enfermedades autoinmunes, cardiovasculares etc),
lo que unido al extraordinario progreso científico-técnico y de la medicina, ha
llevado al hombre a vivir más años pero con menor calidad de vida.
4)
Factores nutricionales.
La nutrición es un factor muy
importante en la sarcopenia, en las publicaciones de revistas médicas
especializadas, los trabajos sobre aportaciones nutricionales a pacientes con
sarcopenia avanzan en los últimos años. De hecho, en los últimos cuatro años se
han publicado 45 artículos en los que las palabras clave eran “sarcopenia y
nutrition”.
La evidencia de que la ingesta de
aminoácidos juega un importante papel en el control de la translación
(formación de las proteínas a partir de la información del ARN mensajero),
surge de los estudios realizados con ratas en ayunas a las que se daban
distintos tipos de alimentos. En este sentido, se ha comprobado que en el
músculo esquelético de ratas en ayunas, la síntesis proteica está reprimida
comparada con las alimentadas, y esto era debido, en parte, a la reducción de
la señalización mediada por mTOR (un señalizador celular).
La forma en que la contracción
muscular aumenta la síntesis proteica y
produce hipertrofia se debe a una serie de efectos a raíz del daño muscular
microscópico provocado por la tensión (sobre todo en ejercicios excéntricos). Este
daño, provoca una reacción similar a la respuesta de fase aguda en la
inflamación, con llegada de neutrófilos, incremento de interleucina 1 en
músculo y plasma, y acumulación de macrófagos. A partir de ahí, se incrementa
la respuesta de síntesis proteica muscular al ejercicio para lo cual se
requiere un sustrato de aminoácidos rápidamente disponibles. En este sentido,
los estudios experimentales demuestran que la ingesta de un suplemento proteico
está asociada a un aumento de la fuerza muscular en personas mayores frente a
placebo.
Por otro lado, en experimentos
realizados en personas encamadas durante largo tiempo se ha demostrado una
recuperación de la masa muscular más rápida cuando se dan suplementos de
aminoácidos. Por otro lado, sabemos la importancia del ejercicio físico, ya que
aumenta la actividad del factor de iniciación eucariota 2B (eIF2B), mejorando
la señalización mediada por mTOR, al tiempo que la presencia de una pequeña
cantidad de insulina incrementa la translación y la síntesis proteica. Todo
ello tiene un claro componente evolutivo, ya que durante el esfuerzo físico
para cazar, disminuye la insulinemia y el músculo al tiempo de hacerse más
permeable a la glucosa, incrementa la expresión de las enzimas necesarias para
la síntesis proteica que mejore el anabolismo posterior al catabolismo durante
el ejercicio físico intenso.
Las dos condiciones óptimas para
la síntesis proteica son, por tanto, el ejercicio físico y una ingesta adecuada
de proteínas. (sigue......)
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