El
ejercicio físico en personas mayores con distintos tipos de patologías, está
demostrando su efectividad cuando se hace de manera adecuada. Para ello ha de
seguirse el mismo método de supercompensación que el que se utiliza en
deportistas de élite. La diferencia es la cantidad de carga con la que
empezamos que, lógicamente, es muchísimo menor.
El
ejercicio físico se aplica con dos condiciones. De un lado un nivel suficiente
como para que se produzcan señalizaciones metabólicas que induzcan cambios adaptativos.
Eso deja de lado la clásica prescripción de andar que siempre se ha hecho desde
la clínica, para abordar esfuerzos superiores capaces de generar adaptación. De
otro lado, hay que utilizar ayudas dietéticas y ergogénicas para conseguir la
adaptación muscular de manera rápida y lo menos traumática posible.
Yo
utilizo el método de trabajo basado en pequeñísimas cargas con repeticiones de
casi un minuto, dejando una recuperación casi total. El esfuerzo físico se hace
aislando al máximo los grupos musculares y evitando contracciones isométricas
para mantener la postura. Por otro lado, aumento la ingesta proteica con
batidos de aislado de suero de leche. También utilizo la creatina,
enormemente gratificante tanto en el deporte competitivo como en las personas
mayores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario