viernes, 24 de abril de 2015

La utilización de antioxidantes a mansalva no es una buena opción.



Los estudios iniciales en lo que se observó que la sarcopenia y otras patologías musculares tenían un nivel aumentado de especies reactivas de oxígeno (ERO)  generaron la idea de que las ERO inducidas por el ejercicio son potencialmente perjudiciales para la función muscular y producen fatiga y atrofia muscular. Debido a ello, muchas investigaciones se han centrado en las formas de prevenir la producción y la acumulación de las ERO y en el daño oxidativo posterior a la realización del ejercicio físico. 


Por el contrario, existe la evidencia cada vez mayor de que las ERO ejercen efectos positivos o negativos en las células del músculo esquelético en contracción en función de la situación, el individuo y su grado de entrenamiento y el deporte realizado. Los efectos nocivos, como la reducción en la generación de la fuerza y el aumento de la atrofia muscular parecen producirse, especialmente, tras la realización del ejercicio intenso no habitual, mientras que el entrenamiento llevado a cabo de forma regular ejerce efectos positivos al influir en los procesos celulares que conducen a una mayor expresión de los antioxidantes. Estas moléculas, a continuación proporcionan una mejor protección contra las ERO durante los entrenamientos posteriores. Sin embargo, una dieta suplementada con los antioxidantes exógenos, tales como las vitaminas, parece impedir los efectos promotores de la salud del ejercicio físico en los seres humanos. La producción inducida por el ejercicio de las ERO también puede ser una señal importante para activar PGC-1α,(el receptor activado por proliferador de peroxisomas γ (PPARγ) y el coactivador 1α (PGC-1α). un factor clave en la adaptación de las células musculares al ejercicio.

Peter Steinbacher * and Peter Eckl. Impact of Oxidative Stress on Exercising Skeletal Muscle. Biomolecules 2015, 5(2), 356-377; doi:10.3390/biom5020356

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