jueves, 7 de agosto de 2014

Ejercicio físico, sí o sí



Sabemos que en toda nuestra época de cazadores y recolectores agotábamos sustratos por el ayuno obligado por circunstancias de caza y por la intensísima actividad física y activábamos estos señalizadores creando todo un sistema metabólico orientado a un esfuerzo físico intenso, mientras que en la actualidad, la presencia constante de alimentos, hace que estas vías permanezcan inactivas, lo que genera resistencia a la insulina, diabetes II y cardiopatía isquémica. 


Según las estadísticas nacionales para la diabetes, el número de personas con diabetes en los Estados Unidos llegó a 23,6 millones, que es el 7,8% de la población general, en 2007. El número total de personas en el mundo con diabetes se prevé que aumente a 366 millones en 2030.  Los laboratorios ya han intuido la importancia de sacar fármacos para estas dolencias y han desarrollado varios agentes terapéuticos, incluyendo metformina, sulfonilureas, los inhibidores de la dipeptidil peptisasa (DPP-4), los agonistas PPARÎ, inhibidores alfa- glucosidasa I, la insulina y los análogos de GLP-1. Sin embargo, nos olvidamos de que el principal mecanismo (y más natural) es activar el metabolismo (señalizadores como la quinasa del AMP), haciendo ejercicio físico.



¿Cuánto ejercicio? Pues incluso breves episodios de ejercicio activan la AMPK si se hacen bien. El ejercicio intenso interválico es un ejemplo y nos lleva a la consideración de que la prescripción de ejercicio debe incluir sesiones de ejercicio intermitente a niveles máximos (lo que obliga a una adecuada revisión médica previa).  Estos ejercicios activan AMPK y otros señalizadores (p38 MAPK) y aumenta la expresión de PGC-1 alfa, lo que puede explicar en parte la remodelación metabólica que inducen estos ejercicios intensos pero breves.


Por otro lado, el envejecimiento se asocia con una pérdida total de la función a nivel de todo el organismo que tiene su origen en el deterioro celular. La mayoría de los componentes celulares, incluyendo la mitocondria, requieren un continuo reciclaje y regeneración a lo largo de la vida útil. Las mitocondrias son particularmente susceptibles a dañarse con el tiempo, ya que son la principal maquinaria bioenergética y fuente de estrés oxidativo en las células (aumento de entropía). El control efectivo de la biogénesis mitocondrial, por lo tanto, se convierte en fundamental para el mantenimiento de la producción de energía, la prevención del estrés oxidativo endógeno y la promoción de un envejecimiento saludable, y ahí, aparece de nuevo este señalizador.


¡Hay que activar el AMPk! ¿Y cómo lo podemos hacer?

1.- Actividad física intensa (pero no necesariamente alargada en el tiempo)

2.- Ayuno ocasional

3.- Algunos nutrientes y plantas.

4.- Fármacos



Pues bien, dentro de los suplementos que activan ese mecanismo y previenen el envejecimiento y las enfermedades ligadas a la resistencia a la insulina, están el DHA, té verde, creatina, glucosamina, extracto de semilla de uva, quercetina, resveratrol y cordyceps sinensis micelium.(Enlace)

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