Sabemos que en toda nuestra época de
cazadores y recolectores agotábamos sustratos por el ayuno obligado por
circunstancias de caza y por la intensísima actividad física y activábamos
estos señalizadores creando todo un sistema metabólico orientado a un esfuerzo
físico intenso, mientras que en la actualidad, la presencia constante de
alimentos, hace que estas vías permanezcan inactivas, lo que genera resistencia
a la insulina, diabetes II y cardiopatía isquémica.
Según las estadísticas nacionales para
la diabetes, el número de personas con diabetes en los Estados Unidos llegó a
23,6 millones, que es el 7,8% de la población general, en 2007. El número total
de personas en el mundo con diabetes se prevé que aumente a 366 millones en
2030. Los laboratorios ya han intuido la
importancia de sacar fármacos para estas dolencias y han desarrollado varios
agentes terapéuticos, incluyendo metformina, sulfonilureas, los inhibidores de
la dipeptidil peptisasa (DPP-4), los agonistas PPARÎ, inhibidores alfa-
glucosidasa I, la insulina y los análogos de GLP-1. Sin embargo, nos olvidamos
de que el principal mecanismo (y más natural) es activar el metabolismo
(señalizadores como la quinasa del AMP), haciendo ejercicio físico.
¿Cuánto ejercicio? Pues
incluso breves episodios de ejercicio activan la AMPK si se hacen bien. El
ejercicio intenso interválico es un ejemplo y nos lleva a la consideración de
que la prescripción de ejercicio debe incluir sesiones de ejercicio
intermitente a niveles máximos (lo que obliga a una adecuada revisión médica
previa). Estos ejercicios activan AMPK y
otros señalizadores (p38 MAPK) y aumenta la expresión de PGC-1 alfa, lo que
puede explicar en parte la remodelación metabólica que inducen estos ejercicios
intensos pero breves.
Por otro lado, el
envejecimiento se asocia con una pérdida total de la función a nivel de todo el
organismo que tiene su origen en el deterioro celular. La mayoría de los
componentes celulares, incluyendo la mitocondria, requieren un continuo
reciclaje y regeneración a lo largo de la vida útil. Las mitocondrias son
particularmente susceptibles a dañarse con el tiempo, ya que son la principal
maquinaria bioenergética y fuente de estrés oxidativo en las células (aumento
de entropía). El control efectivo de la biogénesis mitocondrial, por lo tanto,
se convierte en fundamental para el mantenimiento de la producción de energía,
la prevención del estrés oxidativo endógeno y la promoción de un envejecimiento
saludable, y ahí, aparece de nuevo este señalizador.
¡Hay que activar el
AMPk! ¿Y cómo lo podemos hacer?
1.- Actividad física
intensa (pero no necesariamente alargada en el tiempo)
2.- Ayuno ocasional
3.- Algunos nutrientes
y plantas.
4.- Fármacos
Pues bien, dentro de
los suplementos que activan ese mecanismo y previenen el envejecimiento y las
enfermedades ligadas a la resistencia a la insulina, están el DHA, té verde,
creatina, glucosamina, extracto de semilla de uva, quercetina, resveratrol y
cordyceps sinensis micelium.(Enlace)
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